Omega Speedmaster, un reloj sin fecha de caducidad
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En este preciso momento, mientras redacto esto, tengo frente a mi el más que legendario Speedmaster, aún sabiendo que Omega ha lanzado un nuevo modelo este año, no puedo ni siquiera comparar el placer que me causa esta versión (ref. 145022) del año 1974 y es que al ver sus indicadores que reflejan el paso de los años vuelvo a caer en la misma pregunta: ¿Qué tanto han cambiado las cosas en 50 años? definitivamente hemos llegado a la era de lo fugaz; "¿Ese celular es del 2019? ¡cómo es posible que siga funcionando!" "Estos tenis ya se ven arrugados, es momento de comprar otros" "Caray, esta playera ya es demasiada anticuada (apenas se compró el año pasado) se me vienen a la mente mil ejemplos más pero me desviaría, sin embargo vuelvo a voltear el reloj y me vuelve a maravillar el aspecto tan atemporal, tan combinable, eso solo por describir la estética, que si comienzo a hablar con lo bien que se siente manipularlo... Pufff.
Claro está que para el estado en el que este reloj se encuentra el primer dueño entendió que no es un reloj del diario (Ojo: no es critica, cada quien disfruta lo que compra como quiere) además me consta que le dieron sus respectivos servicios.
Pero para que entiendan mi asombro tan solo hay que regresarnos al año de 1974: definitivamente llegaste a la tienda decidido a comprar un Speedmaster porque estás celebrando algo; un ascenso, el nacimiento de tu primer hijo, un aumento, te casaste, etc. Ahora volvamos al presente y ¿Qué es aquello que descubres? ¡el reloj no ha pasado de moda! siguen tomando el reloj que compraste como referencia para seguir haciendo los modelos nuevos.
Los abuelos y su tan famosa expresión: "Ya no hacen las cosas como antes"
Al manipular el reloj me vuelvo a emocionar, arranco el cronógrafo, lo paro, lo reseteo, no me da ni un poco de miedo hacerlo, no se siente frágil, se siente como un reloj de batalla, sigue siendo igual o inclusive más preciso que cualquier reloj nuevo.
¿A que quería llegar con todo esto? ah... si, lo efímera que es la vida.
Conociendo el perfil de la mayoría de nuestros clientes creo que algo que todos tienen en común es que han llegado a este mundo a luchar por sus sueños, también la mayoría tiene hijos y me parece de lo más correcto en que algunos de los relojes que han nos han comprado también lo han hecho pensando en sus hijos; "Este reloj, se lo regalaré cuando mi hijo se gradué" "cuando cumpla 18" "cuando se case" hasta a mi me emociona el tan solo pensar la emoción, el recuerdo que puede ocasionar a alguien el ponerse algún reloj solo porque le recuerda a un ser querido.